La elección entre placas bipolares de metal y grafito permite a los usuarios adaptar los sistemas de pilas de combustible a sus necesidades operativas específicas. Las placas metálicas, generalmente de acero inoxidable o titanio, proporcionan una alta integridad estructural y son ideales para aplicaciones que requieren un rendimiento robusto bajo tensión mecánica. Las placas de grafito, por otro lado, son excelentes en entornos donde la estabilidad química es crítica, como entornos altamente corrosivos o de alta temperatura. Esta flexibilidad garantiza que el sistema de pilas de combustible pueda optimizarse para lograr eficiencia, durabilidad y rentabilidad según la aplicación prevista.
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